
Todavía hay personas que solo consideran el deporte como una obligación para adelgazar o mejorar su figura. Sin embargo, esta es una visión muy limitada de los efectos del ejercicio en nuestros cuerpos. De hecho, el ejercicio es una de las 3 reglas para un sistema inmunológico fuerte, junto con una dieta saludable y una hidratación adecuada.
Pero, ¿para qué sirve el sistema inmunológico? ¿Qué deporte es el más recomendado para fortalecerlo? ¿Cómo afecta el ejercicio a las defensas? ¡Te lo contamos!
Objetivo del sistema inmunológico
Cuando un microorganismo patógeno u otro agente extraño ingresa al cuerpo, el sistema inmunológico se encarga de identificarlo y atacarlo. Por ello, a esta intrincada red de células, tejidos y órganos se le conoce popularmente como la “defensa” del organismo.

Su objetivo principal es localizar virus, bacterias, parásitos y hongos que pueden causar enfermedades y defenderse de ellos. Pero el sistema inmunitario puede sufrir alteraciones debido a determinadas enfermedades, cambios de estación, contaminación o edad avanzada, lo que puede aumentar el riesgo de contraer determinadas infecciones.
Por otro lado, existen otros factores que podemos controlar que también pueden influir en el sistema inmunitario. El equipo de fisioterapia y actividad física de Quironprevención“Hay otros factores que podemos controlar en gran medida, como dieta, descanso, tabaco, cafeína, estrés o sedentarismoPor lo tanto, el ejercicio físico es una de las actividades que podemos utilizar para fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Advertencia de defensas débiles
El cuerpo nos envía señales para decirnos que el sistema inmunológico no está funcionando como debería. En concreto, cuando las defensas están débiles, podemos experimentar una serie de síntomas:
- Falta de energía
- Reacciones alérgicas
- Cansado
- Heridas que cicatrizan más lentamente
- resfriados continuos
¿Cómo afecta el ejercicio al sistema inmunológico?
Es muy común buscar el ejercicio perfecto para tonificar el cuerpo, tener un vientre plano o definir los glúteos. Pero, ¿qué pasa con sus “otros” efectos en el cuerpo?
La verdad es que el ejercicio puede estimular el sistema inmunológico, aumentando el recuento de glóbulos blancos, haciéndolos moverse más rápido. Los leucocitos realizan funciones tan importantes como eliminar los desechos de los tejidos y defender el organismo.
Sin embargo, la intensidad del entrenamiento puede hacer del ejercicio un aliado o viceversa, Tal y como explican los especialistas: “El ejercicio físico es uno de estos factores modificables, y dependiendo de su intensidad, duración y cronicidad, tiene efectos positivos o negativos sobre la respuesta inmune.
A corto plazo, un ejercicio físico demasiado intenso puede tener un efecto negativo sobre el sistema inmunitario y, por tanto, sobre las defensas. Específico, después del entrenamiento de alta intensidad, se observa una disminución en la cantidad de leucocitos o glóbulos blancos dentro de dos horas, así como una menor actividad de estos, lo que puede derivar en infecciones. En este sentido, desde Quirónprevención indican que “la prolongación de esta supresión depende de la duración e intensidad del ejercicio, y durante este estado la persona es susceptible de contraer enfermedades infecciosas”.
A cambio, a medio o largo plazo, el ejercicio físico puede estimular el aumento de leucocitos y su actividad, lo que se traduce en un fortalecimiento del sistema inmunológico y por tanto un aumento de las defensas frente a enfermedades infecciosas. Por ello, nuestros expertos recomiendan que “es muy importante gestionar las intensidades de nuestro entrenamiento para protegerlo”.
Qué hacer en caso de enfermedad
El ejercicio es un aliado en el tratamiento del cáncer o la depresión, e incluso se ha observado que algunos deportes suman años a la vida.
En caso de enfermedades del sistema inmunológico, es mejor no continuar entrenando como de costumbre. En cambio, es recomendable tomar un descanso, como señalan los expertos: “Después del descanso necesario, se deben iniciar programas de baja intensidad.ya que incluso una sola sesión de ejercicio físico estimula positivamente nuestro sistema inmunológico, aunque el ejercicio regular proporciona un mejor estado inmunológico“.
Cómo aumentar el sistema inmunológico con el deporte
El ejercicio aeróbico moderado es más beneficioso para el sistema inmunológico. Por ejemplo, andar en bicicleta, nadar o correr pueden ayudarnos a mantener fuertes nuestras defensas frente a las infecciones.
A esto hay que sumar ejercicios de fuerza, que también tienen un efecto muy beneficioso para la salud. “El entrenamiento de fuerza no solo mejorará nuestro sistema inmunológico de forma directa, sino también de forma indirecta, al mantener nuestro metabolismo bajo control”, aseguran los especialistas en fisioterapia.
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