redactor de ARROZ. Revista iberoamericana sobre calidad, eficiencia y cambio en la educación
Palabras clave: REICE, Claves, Publicación, Revisión, Evaluación, Rechazo
Ya en 1983, la UNESCO escribió “El propósito esencial de un artículo científico es comunicar los resultados de la investigación, las ideas y los debates de manera clara, concisa y confiable” y continuó enfatizando que “la publicación es uno de los métodos inherentes al trabajo científico” (p. .2) Entonces parece que la tarea de escribir artículos es inherente a la tarea de publicarlos, si es así, ¿por qué a veces es tan difícil publicarlos?

Esta es quizás la pregunta que muchos lectores del blog Aula Magna y, sobre todo, muchos investigadores novatos y no tan jóvenes se han hecho en algún momento cuando recibieron un “Nuestra decisión es: no publicar” por un trabajo que creían no sólo tuvo la calidad suficiente, sino que también fue, a buen seguro, fruto del trabajo duro, la constancia y la dedicación exclusiva. En estas breves líneas nos gustaría reflexionar sobre cuáles son las principales causas que provocan la no publicación de las obras que recibimos como editores. No se trata de profundizar en las razones que los revisores expertos toman teórica y metodológicamente para justificar el rechazo de un determinado trabajo, sino de todo lo que incluye la elaboración de artículos y que, sin duda, es de capital importancia para que la el trabajo finalmente se publica. Así, este texto nace de la experiencia vivida a lo largo de más de 20 años que llevamos inmersos en el mundo editorial, publicando nuestras tres revistas: ARROZ. Revista iberoamericana sobre calidad, eficiencia y cambio en la educación, Revista Internacional de Educación para la Justicia Social allá Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa.
Empecemos por lo más básico.
Un contenido obligatorio en las materias de investigación avanzada que se siguen durante los estudios de doctorado de todos los investigadores hace referencia a IMRYD, un acrónimo que, lejos de anunciar un hechizo extraño, hace referencia al hecho de que la estructura de todos los artículos de investigación científica (independientemente de la ciencia, en Educación o en Astrofísica), es decir: Introducción, Método, Resultados y Discusión. Es claro que estas siglas provienen de su traducción más literal del inglés y es por eso que al Introducción los escritos en español incluyen, no sólo la introducción, sino también el marco teórico y el de la Discusión debe ir acompañado en español de una conclusión, por lo tanto, la versión en español del IMRYD seguiría siendo un IMMRyDC. De todos modos, el problema de algunos de los artículos rechazados no es que haya dudas en el nombre del apartado en cuestión, sino en la falta de estructura o la ausencia de alguna de sus partes. Son innumerables las ocasiones en las que nos hemos topado con textos que solo dedican unas pocas líneas al planteamiento teórico del tema de investigación, trabajos que omiten prácticamente en su totalidad el Método que sustenta el trabajo presentado y casi son más los escritos que se olvidan de discutir los resultados encontrados con los proporcionados por investigaciones previas.
Fuentes de imagen: pixabay
Para evitar estos problemas, basta con mirar los resultados de Murillo, Martínez-Garrido y otros (2017) en los que, a través de un estudio exploratorio de 20 textos ejemplares de investigación cuantitativa y cualitativa (10 publicados en las revistas españolas de investigación educativa más prestigiosas, y muchos otros en revistas internacionales) han obtenido una estructura básica del IMRYD clásico que puede servir como guía (Figura 1). Como señalan los autores, el peso de la Introducción, la Metodología y la Discusión rondaría entre el 16 y el 19%, dejando cada uno un 34% del artículo a la presentación de los Resultados y un no despreciable 12% a la lista de referencias. Si traducimos los porcentajes a una extensión clásica de 20 páginas para un artículo de investigación completo, estaríamos hablando de dedicar 3-4 páginas a la Introducción (incluyendo el Marco Teórico), 3-4 páginas al Método, 6-7 páginas a los Resultados, un poco más de 3 páginas a la Discusión (y Conclusiones) y entre 2-3 páginas a las Referencias.
Figura 1
Estructura de un artículo, en porcentaje
Usar Elaboración propia en base a Murillo et al.(2017).
No nos gustaría olvidar un aspecto que suele ser motivo de rechazo directo y que está muy relacionado con la estructura, y es la extensión de los artículos. Cada revista es diferente, y por eso hay revistas que permiten artículos con el doble de palabras que otras. Tomemos como ejemplo dos revistas de idéntica calidad, en cuanto a indexación, ambas se ubican en el Q1 del ranking SJR. Por un lado, la revisión Aprendizaje e instrucción Llega a admitir 4.500 palabras, en cambio, la revista Educación XXI admite hasta 10.000 palabras. Se entiende, por tanto, que sobrepasar o no alcanzar los límites mínimos y máximos establecidos por la publicación dará lugar a un rechazo directo que, aunque sea obvio y aunque duela, generalmente se produce.
Otro elemento fundamental, que obviamente involucra la toma de decisiones por parte del equipo editorial de cada revista, es que el tema del artículo no se refiera al tema de la revista. Esto, que suena como un error de novato, la experiencia nos dice que le sucede a jóvenes y mayores. Tan sencillo como visitar la revista para conocer su finalidad y alcance. Hay algunos que definen perfectamente la temática y los intereses, hay otros que llegan a especificar el tipo de metodología que buscan publicar y otros también que dan más espacio en cuanto a temática y forma de trabajo. Entonces, siguiendo estas pautas, será mejor que no solo enviemos trabajos descriptivos a revistas que así lo determinen o enviemos artículos sobre temas de educación superior a una revista que indique claramente que se enfoca en educación primaria, por poner algunos ejemplos. De lo contrario, la comunicación del rechazo no debería sorprendernos.
Ya adelantamos que a esta entrada le seguirán otras que seguirán ahondando en estos pequeños errores que lapidan el intento de publicación, pero no querríamos terminar sin abordar uno de los errores más complejos. el que nos gusta llamar el quiere y yo no puedo a publicar. Vamos a ver,
La pasión por la publicación de cada autor o escritor está impulsada, en parte, por la retroalimentación positiva que produce el reconocimiento de sus pares, el enriquecimiento personal y también la consecución de un sexenio o incentivos salariales pactados con la universidad o instituto de investigación. Con todo ello, conscientes del trabajo realizado, de la importancia y relevancia de la investigación, una vez finalizado el artículo, cada autor debe realizar una de las tareas a las que quizás se le da menos valor, pero sin duda, se trata de una mayor relevancia a lo largo del artículo. proceso de publicación. Y es que, los autores deben realizar un proceso introspectivo en el que analizan, claramente, la calidad de su trabajo y del producto final para, en base a ello, considerar enviarlo a una revista indexada en uno u otro. base de datos. .
Él quiero pero no puedo Ocurre cuando la calidad de nuestro artículo no coincide con la calidad de la revista. Es en este momento cuando se pueden encontrar problemas que llevan a un rechazo más o menos justificado del artículo enviado. Y es que, si apuntamos muy alto, el batacazo puede ser memorable. Este el quiere y yo no puedo publicar, o lo que es lo mismo, que la revista no considera suficiente el trabajo realizado. Esto no quiere decir que todos los artículos rechazados por estas prestigiosas revistas no sean de calidad, sino que reciben tal cantidad de artículos que tienen altas tasas de rechazo y por tanto casi se agradece que, en caso de rechazo, el Se informa a los autores de esta decisión lo antes posible, por mucho que duela. Y por supuesto, podríamos argumentar que buscan publicar solo en revistas de prestigio versus otras de alto alcance, impacto y difusión de resultados. Esto, sin duda, puede ser el tema de varias otras entradas en este blog.
Así, repasamos las tres causas más clásicas de un rechazo como antesala de futuras aportaciones a este Blog que sigue sirviendo de repaso a todos los lectores, autores y editores, sobre los motivos de rechazo de una publicación.
Cómo citar esta entrada:
Martínez-Garrido, Cynthia (2023). Reflexiones sobre el rechazo a los artículos de investigación en Educación. Aula Magna 2.0. [Blog].
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