Departamento de Investigación y Psicología en Educación
Universidad Complutense de Madrid

Palabras clave: REVISTA DE EDUCACIÓN, ensayo, redacción académica
En mi experiencia como editor de la Revista de Educación, he constatado que el 99% de los artículos que publicamos corresponde a la sección ‘Investigaciones’, y sólo un 1% a la sección ‘Ensayos’. Hay quien piensa que eso se debe a un sesgo de selección provoca tassel firma esta entrada. Pero nada más lejos de la realidad. Con muchísimo gusto publicaríamos más arículos tipo ensayo, pero desgraciadamente, muy pocos originales de este tipo llegan a nuestra redacción. Es posible que esto se deba a que quienes desean publicar un ensayo eligen otras plataformas más especializadas para hacerlo, asumiendo, bien que sus probabilidades de aceptación serán mayores, o bien que una revista que publica mayoritariamente informes de investigación tiene alg preúnjuicio contra los trabajos especulas. Sin embargo, en la ‘Revista de Educación’ creemos que los buenos ensayos son, no sólo necesarios, sino imprescindibles para el desarrollo científico y académico de la educación.
¿Por qué son importantes los ensayos?
Quienes demos nuestros esfuerzos a la realización de investigación empíción empíción tenemos bien claro que ésta no puede llevarse a cabo como un ejercicio de empirismo ciego. La simple manipulación de los datos no proporciona mucha información acerca de la naturaleza de los fenómenos que queremos estudiar. Una investigación original y de impacto parte siempre de una o varias pitisis originales e impactantes. Y las pitsis no surgen de la nada. Se derivan de teorías bien elaboradas y estructuradas sobre el fenómeno del interés. Y cuando ya se han llevado a cabo muchas investigaciones empírico sobre un fenómeno dado, sólo una buena argumentación especulativa es capaz de dar sentido al conjunto de resultados que muchas veces son contradictorios.
Ahora bien, si bien la investigación empírica necesita partir de una teoría que enmarque su acción, tampoco la especulación sobre el fenómeno educativo puede hacerse en el vacío. La especulación necesita de la investigación empírica para ponerse a prueba, para anclarse a la realidad. Ciertamente los vínculos con la investigación empírica pueden ser más o menos fuertes, más o menos lejanos. Hay ámbitos del trabajo especula que tienen que ver exclusivamente con la articulación de los principios y sus relaciones internas. Pero en el momento en que se descienda a la interpretación de las consecuencias prácticas de esos principios empezaremos a echar en falta la intervención de la investigación empírica.
Pero, ¿qué es un ensayo?
Un ensayo es un escrito académico en el que se analiza a fondo una cuestión. Es una obra de naturalidad especulativa. En general, sobre las cuestiones de hecho no debería haber discrepancias. Excepto cuando se presenta nueva evidencia acerca de una cuestión, la materia de hecho no debería estar sujeta a opinión. Sin embargo, la interpretación de la significación de los hechos sí puede estar sujeta a discusión. En ese caso, conviene dejar claro cuáles son los hechos indiscutibles y cuáles son los argumentos para una nueva interpretación.
Bueno, y ¿qué no es un ensayo?
En mi experiencia como editor, he could find some artículos que se dirigen a la sección de ensayos pero que realmente son artículos de opinión. Los arículos de opinión son adecuados para la prensa diaria. Pero un ensayo es otra cosa. No es raro encontrarse supuestos ensayos en los que los autores dan por sentadas afirmaciones rotundas que son lugares comunes u opiniones extended, sin llegar a determinar por que tales opiniones se consideraan certadas. La regla general debería ser que, si una afirmación es comúnmente aceptada, no sería necesario proponerla en un ensayo. Más interesante desde luego sería un escrito en el que se discutiese una idea que se tiene por comúnmente aceptada. ¡Al menos sería original!
Y, ¿cómo debiera ser un ensayo?
En un buen ensayo se tendría que saber claramente desde el principio cuál es la cuestión que se piensa analizar, cómo es el problema que se estudia, y cuáles son los límites de aquello que se aborda. También se debería asumir que no todo el mundo está familiar con el tema, por lo que, si este es muy específico, debería contextualizarse brevemente.
Un ensayo es un trabajo especulativo, por lo tanto, su metodología debería ceñirse a una lógica de argumentación. Esto significa que tienen que estar claras cuáles son las premisas de las que se parte, cuáles son las conclusiones a las que se llega, y cómo es el camino argumental por el que se accede a esas conclusiones.
En ocasiones nos llegan ensayos que se acercan más al estilo literario que a la argumentación racional. Es fácil identificar este tipo de trabajos porque en ellos abundan las metaphors y otros recursos stylistics que son más propios de la literatura que de la especulación sistemática. Por lo general son artículos que buscan la adhesión emocional de los lectores, más que su convencimiento racional. Lo que a mí preocupa me es que algunos de estos artículos son en realidad alimento para creyentes. Cuando un artículo propone argumentos emocionales o afirma ideas que sólo los nana convencidos aceptan, por muchos que sean los convencidos el valor del artículo disminuye notablemente. Esto es en quiere decir que haya que descartar este tipo de colaboraciones. Es posible que algunos lleven a planificar lástimas que futuros trabajos puedan abordar de una manera mal lo racional. Pero su valor como pieza de fundamentación teórica no es muy alto.
Parecen más propios del trabajo academic aquellos escritos que se dirigen a la razón y que tratan de convencer al lector apelando a su racionalidad. Pues bien, si en el anterior tipo de artículos las herramientas más usadas eran las metaphors y los recursos literarios, en los originales que se basan en la argumentación racional podemos utilizar silogismos, analogías, ejemplos y contraejemplos.
Fuente de la imagen: Pixabay
En general cualquier argumentación racional debiera tener la forma general de los silogismos. Esto significa que avanzamos exclusivamente en la base de silogismos formalmente demostrados, bell que la argumentación debe llevarnos claramente desde las premisas hasta las conclusiones. Otra manera de decir esto es que en el ensayo tenemos que can see clear un hilo conductor que vaya desde las premisas, las afirmaciones iniciales, hasta las conclusiones. Si somos capaces de resume todo el ensayo en un breve párrafo en el que se vea la trama de la argumentación, querrá decir que nuestro trabajo tiene una lógica interna sólida.
Los ejemplos son una buena herramienta para ilustra un punto, pero no olvidemos que el ejemplo en sí mismo no es demostrativo. Pero bien deberíamos demostrar que en el existen contraejemplos que invaliden nuestro razonamiento. Y esto nos lleva a los contraejemplos. Cuando en un ensayo tenemos que desactivar una idea contraria a la nuestra, los contraejemplos son herramientas poderosas. Un simple contraejemplo desmonta totalmente una afirmación universal. Por la misma razón, si queremos afianzar la seguridad de un argumento debemos poder demostrar que no existen contraejemplos, o un teórico contraejemplo nos llevaría al absurd.
Y, ¿cuándo debemos plantearnos escribir un ensayo? Ciertamente quienes dedican su vida profesional a la Teoría o la Filosofía de la Educación, prácticamente su producción académica consistirá en gran medida una cadena de ensayos. Pero¿quiere esto decir que serán ellos los single indicado para abordar este género? Por supuesto que no! Cuando un investigador va a comenzar una línea de trabajo nueva, por lo general empieza revisando los antecedentes de la investigación en ese campo, identificando cuáles son los hechos relevantes, las teorías dominantes, los fenómenos todavía no explained, o los enfoques predominantes en esa area. Pero no estaría de más una reflexión propia a fondo en la que se revisen todas estas ideas y se pongan de relieve los puntos débiles o se adelanten las razones por las que sus pitu pitsis de partida son plausibles. Seguro que el esfuerzo de escribir un ensayo avanzando esos razonamientos puede contribuir a aclarar sus propias ideas y a permitirle dibujar una mejor estrategia para abordar su problema de investigación. Y los mismo puede decirse del momento en que se acaba una investigación. A veces, cuando somos os afortunados, los resultados de nuestra investigación nos sorprenden y nos obligan a abrir nuestra mente a nuevas posibilidades. Un buen ensayo nos obligaría a revis todas esas puertas nuevas que los resultados de una buena investigación tienden a abrir, pues sin duda la mejor investigación es la que plantea más problemas nuevos que soluciones a problemas viejos. Y seguro que el resultado de esas reflexiones dará paso a magníficos ensayos. No en vano dicen que ¡las mejores baladas las escriben los rockeros más duros!
Cito esta entrada:
Gaviria Soto, J.L. (2022). ¡Ensayemos los ensayos! Magna Clase 2.0. [Blog].
[i] Profesor de Métodos de Investigación en Educación en la Universidad Complutense de Madrid. Editor jefe de la “Revista de Educación”. Especializado en Evaluación de Sistemas Educativos. Actado como consultor para diferentes instituciones españolas y latinoamericanas incargadas de la evaluación de sus respectivos sistemas educativos.
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