Es bien sabido que los bosques, marismas y praderas almacenan grandes cantidades de carbono, lo que los convierte en elementos cruciales en la lucha contra el cambio climático. Por esta razón, algunos países han adoptado medidas de conservación, como una reciente estrategia de protección de pantanos lanzada por el gobierno alemán. Pero, ¿qué pasa con los sumideros de carbono submarinos? En uno Artículo Publicado en Tendencias en Ecología y Evolución, un grupo de investigadores dirigido por Heidi Pearson, bióloga de la Universidad del Sureste, aboga por aprovechar el potencial de los animales más grandes de la tierra, las ballenas, para secuestrar carbono. En su trabajo, el equipo examina cómo estos gigantes marinos influyen en las concentraciones de carbono en el aire y el agua, y si podrían ayudar a reducir el dióxido de carbono atmosférico.

“Comprender el papel de los grandes cetáceos en el ciclo del carbono es un área de investigación dinámica y emergente que puede beneficiar tanto a la conservación marina como a las estrategias contra el cambio climático”, escriben los autores. Las ballenas pueden pesar 150 toneladas, vivir más de 100 años y crecer hasta alcanzar el tamaño de un avión. Y, como todos los demás organismos, gran parte de su biomasa está compuesta de carbono. Por lo tanto, representan una de las mayores reservas de carbono vivo en la zona pelágica, una región del sistema oceánico que contiene nada menos que el 22 % de todo el carbono terrestre.
Las ballenas ingieren diariamente hasta un 4% de su enorme peso corporal en krill y plancton fotosintéticamente activo, equivalente a casi 3.600 kilogramos en el caso de la ballena azul. A su vez, sus excrementos, ricos en nutrientes esenciales, favorecen la proliferación de krill y plancton, mejoran la fotosíntesis y almacenan carbono atmosférico. Un circulo perfecto.
“Debido a su tamaño y longevidad, las ballenas tienen un gran impacto en el ciclo del carbono, ya que almacenan carbono de manera más eficiente que los animales pequeños, comen una gran cantidad de presas y producen un gran volumen de heces”, señalan los autores. “Mientras que las ballenas barbadas [misticetos] Al emprender una de las migraciones más largas de la Tierra, estos animales pueden influir en la dinámica de los nutrientes y el ciclo del carbono en cuencas oceánicas enteras. »
Cuando una ballena muere y cae al fondo del mar, su carbono se transfiere a las profundidades del océano. El proceso amplifica la bomba biológica de carbono que permite el intercambio de nutrientes y productos químicos entre el océano y la atmósfera a través de complejos procesos biogeoquímicos. La principal causa del descenso de la población de ballenas es la caza comercial de ballenas, actividad que ha reducido drásticamente el número de ejemplares. Los científicos recomiendan políticas sólidas de protección y gestión para sostener el crecimiento de la población y mejorar este sumidero de carbono oceánico a largo plazo sobre una base autosuficiente. Sin embargo, el alcance real de estas medidas aún debe investigarse más a fondo.
catalina menne
Referencia: “Ballenas en el ciclo del carbono: ¿Puede el salvamento eliminar el dióxido de carbono?“. Heidi C. Pearson et al. No sé Tendencias en Ecología y Evolución15 de diciembre de 2022.
Nuestra fuente
Cambio climático,Ecología,Sostenibilidad
#Pueden #las #ballenas #ayudar #detener #calentamiento #global
Únase a la discusión del post