Después de estar despierto durante varias horas, tu descendencia comenzará a bostezar y frotarse los ojos. Lo coloca delicadamente en la cuna, el bebé le dedica una tierna sonrisa antes de cerrar los párpados y abandonarse en los brazos de Morfeo. ¿Te parece ficticia esta escena?
No te preocupes, no estás solo. Entre el 20 y el 30% de los padres pasan por la misma situación: su experiencia diaria va acompañada de la incertidumbre de por qué su bebé llora y se niega a dormir. Para rescatarlos, un equipo internacional demostró una secuencia simple de acciones que parece ayudar a los bebés a conciliar el sueño sin hacer preguntas. Como se informó en un estudio Publicado en biología actual, el secreto es caminar con el bebé en brazos durante cinco minutos, luego sentarse durante otros cinco a ocho minutos, sosteniendo al bebé cerca de su cuerpo, y luego acuéstelo suavemente en la cuna.

Para su investigación, los autores reunieron a una veintena de madres con sus bebés de 14 días a 7 meses. En el momento de la intervención, algunos de los pequeños empezaron a llorar. Se les dijo a las madres que intentaran diferentes prácticas, como llevar a su hijo en brazos, llevarlo en un cochecito o acostarlo en la cuna. Las cámaras filmaron la escena para que los experimentadores pudieran analizar la reacción de los niños. También registraron los latidos del corazón de los bebés.
Como descubrieron los investigadores, la práctica más efectiva para dormir al bebé era caminar con él en brazos: en uno de cada dos casos, el niño se dormía en cinco minutos. La explicación: cargar a un bebé desencadena un reflejo llamado “respuesta de carga”, que es común a muchos mamíferos. Se debe a la activación del sistema nervioso parasimpático, que tiene una función calmante: reduce el ritmo cardíaco y produce una profunda sensación de relajación.
Pero luego llega el momento crítico, a saber, la colocación del niño en la cuna. ¿Cómo realizar esta delicada tarea sin que el niño abra los ojos y empiece a gritar?
Pasa el paso crucial
Para averiguarlo, los investigadores observaron cómo diferían las prácticas de maternidad de los bebés que acababan de despertarse (35%) y los que aún dormían. Descubrieron que el tiempo que se tardaba en derribarlos no importaba: no hay necesidad de reducir la velocidad o “congelarse” ante el más mínimo movimiento del bebé. Tampoco influía la primera parte del cuerpo del bebé en contacto con la cuna (por ejemplo, si empezaba por los hombros o los pies). Lo que resultó relevante fue el tiempo que el bebé dormía. Si eran menos de tres minutos, se despertaba, pero si eran más de ocho minutos y medio (valor medio), continuaba durmiendo. Este es el tiempo que se tarda en pasar de la etapa 1 del sueño (sueño ligero y frágil) a la etapa 2 (sueño más profundo).
Cabe señalar que en la mayoría de los bebés que no se despertaron durante el experimento, las madres se habían sentado con ellos antes de acostarlos. De ahí la segunda parte de la secuencia propuesta por los investigadores: sentarse con el niño de cinco a ocho minutos después de caminar con él hasta que entre en la etapa 2 del sueño. Incluso aumenta las posibilidades de ponerlo a dormir si aún no lo ha hecho. En el experimento, varios bebés resistentes al sueño se quedaron dormidos en un minuto cuando su madre se sentó con el bebé acostado sobre su cuerpo. Si bien la eficacia de una secuencia de este tipo aún debe confirmarse con un mayor número de participantes, no hay nada que perder probándola hasta entonces: incluso si no funciona, sostener a su bebé durante unos minutos solo puede hacerle bien. .
Sin embargo, el momento crucial es acostar al bebé en la cuna. Los análisis han demostrado que esta es la etapa que pone al niño en alerta máxima: su corazón se acelera al máximo durante este proceso, más que cuando está bajo las sábanas. “La mejor solución es soltar al bebé suavemente y sin cambiar demasiado de posición para que siga durmiendo”, aconseja Gianluca Esposito, coautor del estudio. Ahora solo queda poner en práctica todas estas estrategias.
Guillermo Jacquemont
Referencia: “Un método para calmar y promover el sueño en bebés que lloran utilizando la respuesta de transporte“. N. Ohmura et al. dentro biología actual, Vuelo. 32, núm.Oh 20, pág. 4521-4529, 2022.
Sueño
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